Empresario

Juan Roig

Juan Roig

Durante muchos años he ido construyendo, como sigo haciendo día tras día, el sueño que tenía en mi juventud: tener un modelo de empresa que sea reconocida por satisfacer muy bien las necesidades de sus clientes, trabajadores, proveedores, sociedad y capital.

A lo largo de este camino de aprendizaje, muchos son los que me han ayudado a mejorar. De todos ellos he aprendido que el verdadero éxito parte de la generosidad de compartir y poner al servicio de tu comunidad, de tu empresa y de la sociedad en general los conocimientos, habilidades y recursos que tengamos. Es una obligación que voluntariamente debe salir de cada uno de nosotros y que nadie ha de exigirnos.

Es en esta obligación de compartir los fundamentos del modelo de empresa que te ha ayudado a crecer y perdurar en el tiempo, donde se enmarca la necesidad de crear las condiciones necesarias dirigidas a fomentar la iniciativa individual y el talento a través del esfuerzo emprendedor y del liderazgo.

Potenciar estos valores en la sociedad y dedicar tiempo a la formación es prioritario para poder disponer de personas con el coraje y liderazgo necesarios para desafiar las dificultades existentes y asumir riesgos que contribuyan a vertebrar los beneficios de la economía productiva en el conjunto de la sociedad.

 


Convertir en realidad esta idea es un reto tan ambicioso como ilusionante: contribuir a que otros emprendedores desarrollen su sueño e implanten modelos económicos productivos que, a través de verdades y valores universales y teniendo siempre como faro al “cliente”, sirvan de referencia para solucionar problemas concretos no solo en la actual coyuntura, sino en el medio y largo plazo.

La persecución de un sueño empresarial, de un proyecto sostenible en el tiempo que combine la eficiencia económica productiva de mercado y el equilibrio social, es una labor de coraje, tesón y esfuerzo.

Y también de compromiso, pues es responsabilidad de todos los miembros de la sociedad participar en el bienestar a través de la conservación, creación y multiplicación de la riqueza, consiguiendo con ello, además, que esta solidaridad productiva contribuya a que la sociedad se sienta orgullosa del esfuerzo emprendedor de sus empresarios.

Juan Roig