Gringrin nace para romper el mito de que la comida vegetal es aburrida. A través de sus productos demuestran que es posible disfrutar de la gastronomía con productos vegetales.
Para generar un impacto real y romper barreras se deben crear productos deliciosos, accesibles y culturalmente aceptables, para que los consumidores los introduzcan en sus hábitos de consumo substituyendo a los productos de origen animal, sin renunciar a ninguna de sus cualidades.