El origen de CLCircular se remonta a 2014, año en el que lanzó un registrador de temperatura desechable que viajaba junto con las mercancías, para poder reclamar en caso de siniestro a seguros o navieras.
Más de la mitad de las mercancías que viajan por el mundo lo hacen en un contenedor marítimo. Hay una siniestralidad superior al 50%, pero más del 75% de los problemas podrían evitarse si hubiese información de calidad y a tiempo.
En 2020, CLCircular se convierte en la primera empresa que permite acceder a esta información en tiempo real de una manera asequible, para todo tipo de productos (aun los más económicos como la fruta y la verdura) gracias a su modelo colaborativo de economía circular.
De este modo, CLCircular no solo reduce la chatarra electrónica generada al usar sensores una sola vez, sino que, y sobre todo, envía la información necesaria puntualmente para prevenir problemas y, por tanto, la pérdida y el desperdicio de productos.