Evestel tiene una solución capaz de identificar y comprender cómo impactan las emociones humanas en la actitud al volante, para prevenir riesgos de incidentes y accidentes de tráfico y adaptar las características del vehículo para mejorar la seguridad, el confort y la experiencia de los usuarios (conductor y pasajeros).
Conducimos de acuerdo con nuestro estado emocional (alegre, sorpresa, miedo, irá, asco, tristeza…) y a nuestras rutinas de conducta (uso del móvil, distracciones, comer, beber…).
Cualquier situación relacionada con el tráfico (adelantar, un atasco, etc.) genera emociones, y está demostrado que cuanto más inteligente es la conducción, más segura es.
Estados afectivos positivos facilitan la conducción pues, en general, ayudan a la toma de decisiones y a la resolución de problemas.
Los conductores que reaccionan con malestar o enfado ante aspectos adversos del tráfico (retenciones, etc.) tienen un 30% más de probabilidad de sufrir una colisión. Los conductores que no saben controlarse emocionalmente, o que son impacientes ante los errores de otros conductores, tienen un riesgo cinco veces mayor a tener un accidente.
La detección de estados emocionales de los conductores también abre una gran cantidad de servicios cuando se trata de funciones de confort y experiencia de usuario, siendo además de obligado cumplimiento en el futuro de la conducción autónoma.