En una fábrica se producen multitud de incidencias, (producción, logística, mantenimiento, etc.), que impactan en la calidad final del producto, y hacen a la fábrica menos competitiva.
La gestión de estas incidencias ocupa alrededor de 1.000h/año (60% de la jornada laboral) del responsable de calidad en una fábrica.
Proporcionan una herramienta que permite optimizar la gestión de incidencia de forma intuitiva, colaborativa y automatizada.
Ahorran hasta un 80% del tiempo dedicado a esta gestión, lo que representa, solamente para el responsable de calidad, alrededor de 800 horas cada año.