Cuando estás empezando algo apasionante, nunca sabes que es un comienzo.
Tres años después lo sé.
Llegar a Marina de Empresas fue el inicio de una de esas aventuras que te cambian y te convierten en una mejor versión de ti misma.
Tenía muchas ideas, una presentación y toneladas de ilusión.
Desde MatMap queríamos acercar los materiales sobrantes y de demolición a aquellos profesionales creativos que quisieran utilizarlos en sus obras.
En aquella primera presentación sobre Matmap cabía todo.
Hay cierta inocencia cuando empiezas una empresa y la cuentas por primera vez…
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No he perdido ni las ideas (incluso tengo muchas nuevas) ni la toneladas de ilusión.
Eso sí, MatMap ahora es una empresa real con un equipo de 4 personas.
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Conocí a mi socio Marc en un evento para emprendedores. Nos dimos cuenta enseguida que nos complementábamos muy bien.
Cuando necesitamos talento, buscamos perfiles diferentes a los nuestros. Es algo que me ha enseñado Lanzadera.
Trabajar rodeada de gente con distintos bagajes me ha resultado tremendamente enriquecedor.
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Quizá al principio cueste un poco más. Pero quien se une a tu causa porque está convencido, se queda contigo.
Aunque en la cabeza tengas algo muy estructurado…
No sabes por dónde empezar y necesitas ordenar ideas y tareas, con una estrategia, para llegar a donde quieres estar.
Si además, tu sector, como el mío, es totalmente tradicional… Debes saber prepararte para las reticencias al cambio y a lo digital.
Para mi el gran aprendizaje fue entender que había muchas cosas que se deben saber y no sabes.
Pero sobretodo que a veces hay lecciones que no sabes que no sabes.
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Otra curiosidad en esto de emprender es lo importante que llega a ser el networking.
Es necesario darte a conocer.
Sobre todo cuando estás empezando y nadie sabe lo que haces.
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He podido asistir a muchos eventos, dentro y fuera de Marina de Empresas.
En ellos he conocido a gente encantadora que se ha convertido en parte de mi viaje.
Lo mejor de Lanzadera… Ese apoyo en el día a día, en los problemas reales que tenemos todos los emprendedores y los compañeros…
¡Qué maravilla de compañeros!
Una de las claves de emprender es la perseverancia y el recorrido es una montaña rusa.
Me he sentido muy bien viendo como mis compañeros trabajaban tan duro como yo en sus start-ups.
Es muy bonito ver que no eres la única persona que cree en sus sueños.
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Lanzadera ha sido ese primer puerto seguro donde trabajas para construir una nave que te permita navegar por mar abierto.
Nosotros partimos hace unos meses y seguimos en pie.
Soy una firme convencida de la reutilización.
Del cuidado del medio ambiente.
De no tirar las cosas porque sí.
Y ahora, también, de que los sueños se cumplen.