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Emprender y la montaña rusa de emociones: ¿qué es lo que me espera?

Se dice que emprender es vivir unos años como nadie quiere, para vivir el resto de tu vida como nadie puede. Preguntamos a los emprendedores por las emociones con las que se han sentido más identificados en su trayectoria y cómo se enfrentan a ellas.

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¿Tienes dudas de lo que puedes sentir si te lanzas a la aventura de emprender? ¿Te preocupa no ser capaz de vencer la incertidumbre inicial, superar los momentos de inestabilidad, o cómo asumir el éxtasis máximo cuando las cosas funcionan muy muy bien?

Te contamos de primera mano las reflexiones más íntimas de algunos de los emprendedores que apoyamos en Lanzadera, para que sepas lo que te espera, o te entre la melancolía porque ya superaste esa etapa…

Qué difícil elegir una emoción que resuma lo que es la aventura de emprender.

Los comienzos

La frase anterior es de Ester Tudela, CEO de Rita Piperita. Así comienza su particular confesión, que se basa en las emociones de los comienzos de una startup.

Empezamos con la A, de arrancar, autoconfianza y agradecimiento

Diría que lo que te hace decidirte es la autoconfianza. El “puedo hacerlo”. Y a raíz de ésta, llega el agradecimiento, el sentirte afortunada de que prácticamente tengas los “astros alineados” para poder pasarte un tiempo, indefinido, sin cobrar, y que en ese mismo momento dispongas del tiempo necesario para poder invertirlo en tu proyecto.

La explosión de sentimientos de los primeros meses

Compromiso, ilusión, esfuerzo, entusiasmo, orgullo, admiración, motivación, pasión… mucha pasión. Incertidumbre… Diría que son los sentimientos que caracterizan las primeras semanas incluso meses de emprender.

Un poquito de ansiedad y estrés cuando te das cuenta de que estás forzando la máquina debido a esta adrenalina que te hace no querer desconectar… Lo tienes todo preparado, lanzas tu proyecto, para ver qué acogida tiene, y tienes tus primeras ventas (por supuesto todas de amigos y familiares), entonces sientes que te vas a comer el mundo, que vas a ser millonario.

El miedo

Hasta que tropiezas con la primera piedra, entonces también la frustración, el miedo, la angustia, el qué dirán, se apodera de ti… “lo dejo”, “para qué me habré metido yo en esto”… Te pasas 4 días sin dar un palo al agua… luego lo ves todo con otros ojos y empieza lo bueno.

La superación

Empiezas a crecer de verdad, a sentir control. Comienzas a sentir que aunque no todo vaya rodado, avanzas sobre aprendido, y das otra vez gracias de haberte equivocado tan pronto, cuando todavía eres una lancha rápida que pueda cambiar muy rápido el rumbo.

Aprender y avanzar

Y yo creo que a partir de aquí aprendes a tomar distancia con tus propios sentimientos, y a aprovecharte de ellos sin que te dominen.

Mente fría, si vienen piedras en el camino, las usamos para hacer el castillo más alto. Y si todo va bien, a avanzar más rápido.

A eso me refiero con que emprender, al final es subirte a la montaña rusa de emociones más grande. Al menos, en Lanzadera, estamos acompañados y tenemos siempre un emprendedor amigo que ya ha pasado justo por tu punto. ¡No me quiero imaginar lo que es emprender solo!

El día a día de los emocionalmente inestables

Miguel Mazario, CEO de The Unique Poster y emprendedor experimentado, se enfrenta a sí mismo casi a diario.

Indecisión

Más de una vez se te pasa por la cabeza la idea de abandonar…

Pero te descubres pensando que no. Que aunque a priori parezca que te va a dar más tranquilidad o seguridad, el hecho de trabajar para otro implica que no eres dueño de tu trabajo, ni de las decisiones “importantes” del día a día. Y como eso no te gusta un pelo… sigues apostando por la startup.

Serenidad

En el ámbito familiar, nadie entiende nuestro trabajo ni el horario que hacemos. Tenemos que lidiar constantemente con comentarios del tipo: “no trabajes tanto”, “es domingo deberías descansar”…

Optimismo

Sabemos que tarde o temprano los resultados llegan. En el caso de un ecommerce puro y duro como es el nuestro B2C, en muchos casos el volumen de trabajo es por temporadas.

Aprenderemos a lidiar con la temporalidad del producto y a gestionar las emociones derivadas de la misma.

Liberación

Por suerte o por desgracia no consideramos que lo que hacemos sea “trabajo” sino una actividad que nos gusta, nos divierte y nos libera en cierto modo.

Sentir que lo que estás haciendo tiene sentido

Diego Soliveres, fundador de Timpers, hace repaso de los sentimientos más grandes a los que se ha enfrentado desde que forma parte de Timpers.

Satisfacción y responsabilidad

El primer día que entramos en Lanzadera nos embargaba un sentimiento de satisfacción. Sabíamos lo que suponía para nosotros como empresa. Teníamos la sensación de haber conseguido nuestra primera «cosa» grande.

Y de repente sentimos una responsabilidad enorme. Entendimos que ya no era un juego y que íbamos a aprender a funcionar como empresa.

Sentimiento de pertenencia

Algo de lo que nadie nos había avisado es de las grandes experiencias que íbamos a vivir en el ecosistema. Poder colaborar con otros emprendedores, crear lazos muy fuertes de amistad. Sentir un compañerismo de verdad. Ese en el que nadie es receloso de sus cosas, en el que se ayuda simplemente por ayudar.

Explosión de alegría

Es lo que sientes cuando tienes completada la primera colección. O un cúmulo de emociones indescriptibles cuando pasan cosas importantes. Como cuando recibimos el premio de la revista Emprendedores o pudimos estar a pie de calle en nuestra primera experiencia de tienda física.

No llego, pero qué bueno

Nos sentimos totalmente desbordados cuando tuvimos la primera rotura de stock. Pero a la vez nos dimos cuenta de que esto empezaba a funcionar.

No todo es bueno

Ojalá todos los sentimientos fueran buenos. Pero cuando sufrimos el robo en nuestro almacén no podíamos sentir nada más que impotencia, rabia, frustración.

Eso sí, si algo nos caracteriza es dar, a los problemas, soluciones. Nos dimos cuenta de que cualquier momento lamentándose es malo. Hay que dedicar el tiempo del que dispones a ver cómo se le da la vuelta a la tortilla y cómo te puedes reponer.

Sobreponerse

Hemos salido mucho más reforzados, más unidos, y con más ganas de trabajar si cabe. Y se lo debemos a toda la gente que nos ha ayudado.

Orgullo

Lo que me siento ahora es emocionado, en general.

Orgulloso de saber que, de la nada, estamos haciendo algo que está gustando y que no lo estamos haciendo tan mal.

Pese a que vivir de emoción en emoción te haga sentir como en una montaña rusa, todas nos han servido para seguir dando pasos adelante.

El mundo al revés

Las reflexiones de David Murcia, el CEO de Taruga, te hacen ver las cosas desde otra perspectiva. Como la película «infantil» Inside Out (Del revés), que quizá os ha venido a la cabeza al leer este post.

Enfrentarse a las emociones

Al emprender lo que suele estar presente son los miedos, frustraciones, dudas que vences a base de resiliencia. Y una inteligencia emocional que se adquiere según crece el equipo, la empresa y los problemas.

En mi caso vengo del mundo del arte, de vender pintura en galerías de España y Alemania. Una vida anterior que me suponía no tener horarios, no tener lugar fijo de residencia y no tener ninguna estabilidad, de ningún tipo.

Seguridad

Suele ser al revés, pero a mi el emprender me ha regalado eso, tener menos incertidumbre y una visión clara de mi futuro.

Oigo a muchos emprendedores que hablan de lo arriesgado que es dejar un puesto de directivo y emprender, en mi caso ha sido todo lo contrario, me encuentro muy cómodo y seguro.

Creatividad

He encontrado el lado creativo de la empresa, de un modelo de negocio que no existe, de inventarnos soluciones para todo a diario.

He encontrado rock and roll donde solo imaginaba rutinas y corbatas.

El encontrar dentro de la creatividad un foco claro y un lugar donde dirigirme ha sido clave para no volverme loco. Al empezar mi aventura hace dos años con Taruga, teniendo mi hija 2 meses de vida en ese momento y estableciéndonos en Valencia.

Aventúrate en lo desconocido

Desde Delitbee, Fernando Marín, Co-founder & Product design, se inspira en unos famosos versos de Machado para acompañar sus emociones.

Seguro que a muchos os suenan estos versos de Antonio Machado. En su poema hace referencia al camino que recorremos y cómo nuestras decisiones y experiencias nos muestran la dirección y meta que nosotros mismos nos marcamos.

Me viene como anillo al dedo extrapolar su significado al mundo del emprendimiento. Un camino cuyos primeros pasos se han distinguido por la incertidumbre, la curiosidad y la confianza, en ese orden.

La incertidumbre

¿Voy por el buen camino? El hecho de dudar de haber tomado las decisiones correctas o bien de querer coger otra dirección es algo natural. La senda que tienes delante es complicada y te pondrá a prueba.

Vuelve la vista atrás, aprende de tus errores y tus logros y no olvides que lo bonito es seguir avanzando y construyendo el camino en base a las experiencias vividas.

Cuando emprendes no es imposible acertar a la primera pero, no te voy a mentir, es complicado. Lo que sí es cierto es que en cada intento hay partes del camino que ya conocerás y sabrás exactamente que dirección tomar, en definitiva, crecerás como persona y como emprendedor.

La curiosidad

¿No tienes curiosidad de saber hasta dónde puedes llegar? ¿De verdad quieres dejarlo ahora? Yo quiero saber qué hay más allá; quiero saber cuánto puedo dar por llegar al final del camino y conseguir las metas que me he marcado.

¿Dónde estaré dentro de 5 años? ¿Y de 10? ¿De verdad no quieres averiguarlo? Hay tantos escenarios y son todos, a fin de cuentas, reveladores.

Lo que aprendes emprendiendo no te lo pueden enseñar en ningún sitio porque es un montaña rusa única, diseñada especialmente para ti.

Una experiencia llena de emociones que cada uno vive a su manera.

La confianza

Y con la curiosidad me vengo arriba, y me digo a mí mismo que si he llegado hasta este punto del camino significa que algo estaremos haciendo bien.

Miro a mi alrededor y veo a mi equipo: compañeros de batalla y profesionales (de los pies a la cabeza) que lo están dando todo y reman contracorriente en mi misma dirección. ¡Vamos a por todas!

Con la experiencia he aprendido que debes rodearte de personas que compartan los mismos valores y filosofía de empresa que tú. Elige bien tus compañeros de viaje porque el camino, aunque sea muy bonito, en ocasiones se complica más de lo esperado.

Las estelas en la mar son señales y consejos de otras personas que ya caminaron su camino, tanto de emprendedores, amigos o familiares. Apóyate en ellos para seguir avanzando.

A Fernando, Machado le ha inspirado para describir sus emociones. Terminaba diciéndonos que esperaba que las suyas pudieran inspirar a otros emprendedores.

Ganan las emociones positivas

Como has podido comprobar, en esta montaña rusa de emociones, pese a la incertidumbre, miedos, frustraciones, ansiedad…. Ganan por goleada las emociones positivas: la satisfacción, el orgullo, la confianza, la seguridad…

Si tienes una idea y quieres vivir de primera mano el compañerismo del que hablan Diego o Ester, la sensación de liberación de Miguel, la confianza de Fernando o el rock and roll de David, recuerda que puedes inscribirte a nuestros programas y sentir estas emociones en directo.

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